Roman Vishniac,Writing a letter to his mother, who is working in Lodz. Warsaw, 1937 |
Guido Gozzano
(Italia, 1883–1916)
Dante
Traducción de José Muñoz Rivas
Un día, encerrado, el pedagogo flaco
me impuso la desidia de un comentario
alternado a la toma de tabaco.
Me acuerdo de la clase, me acuerdo
del alumnado mudo que se aburre
en el anotar lento, soñoliento…
¡Veo dar saltos en la silla
al buen maestro por un escolar
que se dormía sobre ti, comedia!
¡Atentos! ¡Atentos! — ¡Ah! ¡Más dulce soñar
con la mejilla apretada en el frontispicio
el ojo dirigido a las ventanas claras!
De vez en cuando un aliento propicio
nos traía un perfume de ginestas
sobre el comentario retórico, ficticio.
La primavera, la exiliada campestre
sonreía a la gran paz escolar
por el vano azul de las dos ventanas.
Yo miraba los aparatos de gimnasia,
los olmos florecidos, el infinito azul
en no sé qué perplejidad fantástica.
Y tendía el oído a un susurro,
a un chillido de lejanas alegres,
dando vueltas en lo alto, en el azul;
se escabullían donde las obreras
atareadas en pajas, arcilla, en plumas,
reparando las casas en los canalones.
Con la mirada deslumbrada por esa luz,
cerraba los ojos, me inclinaba exhausto,
volvía a apretar la mejilla en el libro.
Y volvía a oír al pedagogo flaco
alternar el comentario de cada verso
con la habitual toma de tabaco…
¡Ah! ¡No encerrado, sino en el cielo terso,
en el aliento nuevo de la antigua madre,
en la serenidad del Universo,
en el infinito me hablabas, oh Padre!
Guido Gozzano,
Poesie,
Ed. de Edoardo Sanguineti,
Torino, Einaudi, 1990 [1973].
Un giorno, al chiuso, il pedagogo fiacco
m’impose la sciattezza d’un commento
alternato alla presa di tabacco.
Mi rammento la classe, mi rammento
la scolaresca muta che si tedia
al postillare lento, sonnolento…
Rivedo sobbalzare sulla sedia
il buon maestro per uno scolare
che s’addormiva su di te, commedia!
Attenti! Attenti! — Ah! piú dolce sognare
con la gota premuta al frontespizio
l’occhio rivolto alle finestre chiare!
Ad ora ad ora un alito propizio
ci portava un profumo di ginestre
sul commento retorico, fittizio.
La Primavera, l’esule campestre
sorrideva alla gran pace scolastica
pel vano azzurro delle due finestre.
Io fissavo gli attezzi di ginnastica,
gli olmi gemmati, l’infinito azzurro
in non so che perplessità fantastica.
E tendevo l’orecchio ad un sussurro,
ad un garrito di sperdute gaie,
in alto roteanti, nell’azzurro;
guizzavano da presso l’operaie
affacendate in paglie, in creta, in piume,
riattando le case alle grondaie.
Lo sguardo abbarbagliato da quel lume,
chiudevo gli occhi, mi piegavo stracco,
ripremevo la gota sul volume.
E riudivo il pedagogo fiacco
alternare al commento d’ogni verso
la consueta presa di tabacco…
Ah! Non al chiuso, ma nel cielo terso,
nel fiato nuovo dell’antica madre,
nella serenità dell’Universo,
nell’infinito mi parlavi, o Padre!
Guido Gozzano,
Poesie,
Ed. de Edoardo Sanguineti,
Torino, Einaudi, 1990 [1973].
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Arturo del Villar
La poesía de Ernestina de Champourcin
-Estética, erótico y mística-
Colección Ensayo
Ed. El toro de barro
Carlos Morales Ed.
Tarancón de Cuenca, 2002.
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