"¡Cuántas veces detesté mis frases, asqueado por este oficio de escritor, que todo el mundo posee hoy! Sonaba a hueco bajo las palabras, y me avergonzaba de las hileras de epítetos inútiles, de los penachos plantados al final de las tiradas, de los procedimientos que retornaban sin cesar para introducir en la escritura los sonidos de la música, las formas y los colores de las artes plásticas! Sin duda, son todas éstas curiosidades literarias seductoras, un refinamiento de arte que aún me encanta; pero, hay que decirlo al fin y al cabo, esto no es ni potente, ni sano, ni verdadero, llevado a la exaltación a la que hemos llegado. Sí, necesitamos simplicidad en la lengua, si queremos convertirla en el arma científica del siglo."
DULCE LOCURA 2016-08-23 10:11:00
"¡Cuántas veces detesté mis frases, asqueado por este oficio de escritor, que todo el mundo posee hoy! Sonaba a hueco bajo las palabras, y me avergonzaba de las hileras de epítetos inútiles, de los penachos plantados al final de las tiradas, de los procedimientos que retornaban sin cesar para introducir en la escritura los sonidos de la música, las formas y los colores de las artes plásticas! Sin duda, son todas éstas curiosidades literarias seductoras, un refinamiento de arte que aún me encanta; pero, hay que decirlo al fin y al cabo, esto no es ni potente, ni sano, ni verdadero, llevado a la exaltación a la que hemos llegado. Sí, necesitamos simplicidad en la lengua, si queremos convertirla en el arma científica del siglo."