El alma nunca muere
Por: Hector Cediel Regresé demolido del cementerio. Me senté solo a escuchar nuestra música. Me serví uno tras otro, varios vasos de whisky para ahogar mis penas y asegurarme así, que no sobrevivirían. Siempre viví rodeado de personas maravillosas, aunque subsistía llevando una vida absurda en una isla casi solitaria urbana; mientras uno a uno, […]