Un millón de amigos
Por: Rafael Azgra Recuerdo los walkie talkies que tenía cuando era niño. La primera vez que los vi, en el escaparate de una compra-venta llamada La Tortuga de Plata, se me presentaron como la puerta a la popularidad que tanto necesitaba. Eran asombrosos, aunque tuvieran el tamaño de dos ladrillos. Costaban mil quinientas pesetas, mi […]