los abrazos feroces.
El dolor feliz
que perfuma el ambiente,
la genial agonía,
el astuto labio
que besa incesantemente
a la muerte.
Nosotros somos los votantes,
los que en arranque pasional
violamos, robamos,
las palabras de quienes
callan por miedo.
Nosotros abandonamos las velas,
los remos, pues entonces
estábamos enamorados,
sin dirección
sin luna donde aterrizar.
Nosotros, nosotros, nosotros...
Fracisco Ramón Hernando Guerrero