Mírame,
tan perfecta como un cuadro torcido,
como un poema sin rima,
como un mueble antiguo roído por la carcoma.
Tan útil como un lápiz sin punta
o como una mesa coja.
Impecable como un diario lleno de tachones.
Fiable como un barco sin timón.
Divina como una plaga de langosta.
Magnífica como una mansión habitada por fantasmas,
como una tormenta de verano.
Gentilmente agraciada, además, con un fino acabado de vellosidades varias, estrías y puntos azules y negros, pliegues carnosos, finas arrugas, cicatrices, marcas de acné y poros dilatados.
Lengua imprudente, manos torpes y mirada de loca ausente.
Rematada -con gran acierto-
por una maraña de cabello revuelto
coronando una enorme y dura cabeza (rozando siempre las nubes)
tan perfecta como un cuadro torcido,
como un poema sin rima,
como un mueble antiguo roído por la carcoma.
Tan útil como un lápiz sin punta
o como una mesa coja.
Impecable como un diario lleno de tachones.
Fiable como un barco sin timón.
Divina como una plaga de langosta.
Magnífica como una mansión habitada por fantasmas,
como una tormenta de verano.
Gentilmente agraciada, además, con un fino acabado de vellosidades varias, estrías y puntos azules y negros, pliegues carnosos, finas arrugas, cicatrices, marcas de acné y poros dilatados.
Lengua imprudente, manos torpes y mirada de loca ausente.
Rematada -con gran acierto-
por una maraña de cabello revuelto
coronando una enorme y dura cabeza (rozando siempre las nubes)