lleva siempre un cuaderno contigo
allá donde vayas, me dijo,
y no bebas demasiado, beber embota
las sensibilidades,
asiste a recitales, fíjate en las pausas de entonación,
y cuando recites tú
quítale siempre solemnidad
desdramatiza, el público es más listo de lo que
uno cree,
y cuando escribas algo
no lo envíes de inmediato,
guárdalo en un cajón dos semanas,
luego lo sacas y lo miras
bien, y revisa, revisa,
REVISA una y otra vez,
ajusta los versos como pernos que sostuvieran la arcada
de un puente de 8 kilómetros,
y ten a mano un cuaderno en el dormitorio,
te vendrán pensamientos por la noche
y esos pensamientos se desvanecerán y echarán a perder
a menos que los anotes.
y no bebas, cualquier idiota sabe
beber, nosotros somos hombres de
letras.
para ser un tío incapaz de escribir nada
se parecía bastante a todos los
demás: era sin duda capaz de
hablar sobre
ello.
Charles Bukowski, Toca el piano borracho como un instrumento de percusión hasta que los dedos te empiecen a sangrar un poco