Unas palabras son inútiles y otras acabarán por serlo mientras
elijo para amarte más metódicamente aquellas zonas de tu cuerpo aisladas por algún obstinado depósito
de abulia, los recodos
quizá donde mejor se expande
ese rastro de tedio
que circula de pronto por tu vientre,
y allí pongo mi boca y hasta
la intempestiva cama acuden
las sombras venideras, se interponen entre nosotros, dejan
un barrunto de fiebre y como un vaho de exudación de sueño
y otras esponjas vespertinas,
y ya en lo ambiguo de la noche escucho la predicción de la memoria: dentro
de ti me aferro igual
que recordándote, subsisto
como la espuma al borde de la espuma, mientras se activa entre los cuerpos
la carcoma voraz de estar a solas.
elijo para amarte más metódicamente aquellas zonas de tu cuerpo aisladas por algún obstinado depósito
de abulia, los recodos
quizá donde mejor se expande
ese rastro de tedio
que circula de pronto por tu vientre,
y allí pongo mi boca y hasta
la intempestiva cama acuden
las sombras venideras, se interponen entre nosotros, dejan
un barrunto de fiebre y como un vaho de exudación de sueño
y otras esponjas vespertinas,
y ya en lo ambiguo de la noche escucho la predicción de la memoria: dentro
de ti me aferro igual
que recordándote, subsisto
como la espuma al borde de la espuma, mientras se activa entre los cuerpos
la carcoma voraz de estar a solas.