Después de aquel post acerca del simbolismo arquitectónico en el cómic, hemos estadoespecialmente receptivos hacia el tema. Por ello, o porque las casualidades siempre se enredan con los intereses circunstanciales, en los últimos tiempos nos hemos topado con varios textos interesantes que apuntan a la relación entre el cómic y la arquitectura. Algunos apuntes al respecto:
En los comentarios de la entrada mencionada, Emilio Aurelio Gil, arquitecto y autor de blogs clásicos como Tangencias o Cómics en extinción, nos invita a acercarnos a sus interesantes fichas de lectura dedicadas a la relación entre comic y urbanismo; las conocíamos de antaño, pero nunca está de más revisar su acercamiento a la arquitectura comicográfica. Es el suyo un trabajo cuidadoso, lleno de hallazgos y reflexiones interesantes:
Me permito sugeriros este enlace, donde analizo gráficamente la interacción entre arquitectura, urbanismo y cómics. Yo diría que esa interacción se produce desde el momento en en que estas disciplinas utilizan el dibujo no por si mismo, sino como un medio para narrar historias o para transmitir las bondades de un proyecto que hasta ese momento solo está en nuestra mente.
El Issue 20 / Winter 13 de la revista cuatrimestral de arquitectura MAS Context (que se puede leer online o descargar gratuitamente en formato .pdf) estuvo dedicado a la “Narrativa”; en gran medida, a la relación entre el espacio arquitectónico, la imagen y la secuenciación. No es casual, por tanto, que los principales protagonistas de sus páginas sean el cómic y los autores de cómics. La portada, sin ir más lejos, está ocupada por algunos de los conocidos cortes axonométricos de plantas de edificios de Chris Ware.
Como marco contextualizador, la revista abre con dos interesantes artículos. El primero está firmado por el arquitecto y estudioso del cómic Koldo Lus Arana: “Comics and Arquitecture, Comics in Arquitecture”. En él, Arana hace un documentado repaso a la relación entre arquitectura y cómic, comenzando por un acercamiento (no muchas veces visto dentro de los estudios sobre cómic) a los préstamos que aquella ha tomado de las narraciones gráficas.
En su primera parte, se mencionan el uso del stoyboardque hizo Le Corbusier; los trabajos y las presentaciones del Equipo Archigram (a uno de cuyos miembros, Peter Cook, la revista dedica una entrevista), que utilizó las viñetas y las proyecciones secuenciales para desarrollar sus proyectos más importantes; se nos cuenta cómo Norman Foster recurrió a autores de cómic como John Batchelor (Dan Dare) o Franck Dickens (Bristow) a lo largo de su carrera, para realizar dibujos y versiones axonométricas de algunos de sus proyectos; o cómo fue Tanino Liberatore, entre otros artistas, el encargado de ilustrar el Louisiana Manifesto de Jean Nouvel. En la última parte de su estudio, Lus Arana plantea la naturaleza arquitectónica de toda construcción comicográfica: ambas disciplinas comparten relaciones de base en la organización espacial. Habla el autor de la influencia que el cómic ha tenido en arquitectos como Norman Foster, Jean Nouvel o el equipo Archigram, y de la incursión de François Schuiten, Joost Swarte, Marc-Antoine Mathieu y otros autores de cómic en proyectos arquitectónicos y diseños escenográficos:
…this interdisciplinary overlap happens in both ways, in an exchange that becomes particularly visible in the Franco-Belgian scene, where finding the participation of comics authors in the design of buildings, set designs, scenographies, or architectural installations has become a rather habitual situation, one that underlines the changing role of the medium in the cultural status quo and as its increasing “design” component. Excursions into architectural grounds are frequent in cases such as Marc-Antoine Mathieu’s or especially François Schuiten’s, whose designs, bred in the two dimensional, fictional realm of comic books, have been translated and adapted into exhibition spaces, interior designs, and outdoors architectural ornamentation. The restoration of the Maison Autrique, Victor Horta’s first Art Nouveau building in Brussels, is a particularly illustrative example. Stemming from François Schuiten & Benoit Peeter’s infatuation with the Belgian architect, both comics authors, who enjoy great public recognition within Belgium’s cultural scene, became the promoters and main supporters of the project, which they then integrated within the mythology of their series Les Cités Obscures, via an inner scenography designed ad-hoc. This same interdisciplinary tack can be found in Josst Swarte’s collaboration with Mecanoo on the design of the De Toneelschuur theatre in Haarlem (1996), later turned into a book and further architectural works, or in the development of the Nederlands Stripmuseum in Gronigen (2004), whose exterior redesign was undertaken after proposals by artists such as Schuiten or Henk Kuijpers (p. 25).
El segundo estudio teórico de la revista, a cargo de Mélanie van der Hoorn (“Buildings and Their Representations CollapsingUpon One Another”), se centra en los “cómics arquitectónicos”, entendiendo por tales aquellas “strip stories in which architecture plays a leading part, most of which have been made or commissioned by architects. In terms of content, the comic strip enables architects to present a project or concept or to express a critical standpoint” (p. 35). Es decir, comics realizados por arquitectos, bien como continuación (lúdica o profesional) a su propia ocupación arquitectónica, o como parte integrante de ésta. Nos descubre Van der Hoorn nombres y proyectos tan interesantes como los de Daniel Bosshart, Alexandre Doucin, Jimenez Lai o los del colectivo ruso Quiet Time.
Precisamente, entre sus contenidos, la revista incluye cómics de los dibujantes Leopold Lámbert, Jimenez Lai y Klaus, que prestan una atención especial a la espacialidad. El volumen incluye, además, entrevistas a varios de los autores de cómic citados en sus artículos a propósito de su incursión en el territorio de la arquitectura; todos ellos reconocidos por su recreación de espacios urbanos e interiores habitacionales: autores como Klaus, François Schuitein, Joost Swarte, Marc Antoine-Mathieu y Manuele Fior.
Como mencionábamos anteriormente, una de las entrevistas del volumen está dedicada a Peter Cook, que además de arquitecto fue, junto a Warren Chalk, fundador del grupo creativo y de la revista Archigram; a partir de cuya filosofía, sus autores desarrollaron su peculiar labor arquitectónica, fuertemente imbricada con la disciplina comicográfica.