La publicación el año pasado de la edición española de Caos y magia. La banda que quemó un millón de libras (2012), de John Higgs, ha sido un acontecimiento editorial-pop.
La historia de The KLF, la banda formada por Bill Drummond y Jimmy Cauty, es tan enloquecida, que no parece de este mundo. Hace años escuchamos su popularísimo álbum Chill Out hasta quemarlo. Sus samplers hipnóticos y su cadencia viajera nos hacían imaginar unos autores igualmente sosegados y pausados. En Caos y magia descubrimos que sus artífices fueron también los autores de este single-pelotazo que se ha convertido en banda sonora de acontecimientos deportivos y farándulas adrenalínicas varias y cuyo single compramos hace décadas sin saber a ciencia cierta quién lo firmaba (¿The Timelords?); de haberlo sabido (o de haber buscado sus videoclips, entrevistas o apariciones televisivas de entonces), habríamos tenido una pista de que las mentes pensantes detrás de The KLF y sus variadas manifestaciones discográficas eran en realidad un par de lunáticos.
Para despejar dudas, John Higgs escribe ahora una de las "biografías" más heterodoxas, desmitificadoras y divertidas que hemos leído nunca. Se propone el autor buscar la base lógica al comportamiento de unos individuos que en un momento de su carrera (en el que ni siquiera eran tan ricos como para poder permitírselo) decidieron, literalmente, como dice el título, quemar un millón de libras. La búsqueda de Higgs es tanto más improbable y baldía, cuando ni siquiera los artífices del dislate han sido nunca capaces de explicar por qué lo hicieron. No contamos más.
En su ejercicio deductivo, expansivo, casi febril, Higgs va dando forma a una biografía que en muchos casos parece una road-novel, en otros una novela de suspense conspiranoica, y termina convirtiéndose en una indagación casi detectivesca a palos de ciego entre el universo intangible del azar y las relaciones cruzadas. En su particular reivindicación de las doctrina del caos como factor rector y explicativo de la realidad, el pasado y las consecuencias que desencadenan los actos humanos, Caos y magia construye un discurso verosímil (dentro de sus propias coordenadas) acerca del éxito (casual), la inspiración y el genio (innato). Se trata de conformar una tesis, un conjunto de paradigmas explicativos, que den sentido a unos actos que ni sus propios protagonistas, ni un razonamiento lógico tradicional son capaces de explicar.
Aquí es donde entran Julian Cope y Echo & the Bunnymen; Jim Garrison, el Fiscal del Distrito de Nueva Orleans que investigó el asesinato de Kennedy; Thimothy Leary; Greg Hill y Kerry Thornley, fundadores del Discordianismo; los redactores de la sección de cartas de Playboy, Robert Anton Wilson y Bob Shea, que escribieron el best-seller Illuminatus! Trilogy, discordianos confesos; los dramaturgos Ken Campbell y Chris Langham; el "All You Need Is Love" de The Beatles; Gary Glitter y Jonathan King (celebridades británicas y pedófilos condenados, ambos); el Doctor Who y sus múltiples encarnaciones; Carl Jung; y, como no podía ser de otro modo en este maremagnum imposible de personalidades inconexas unidas por el azar literario-biográfico... Alan Moore.
Hablábamos no hace mucho de Alan Moore con motivo de ese documental inquietante y metafísico sobre el genio de Northampton que es The Mindscape of Alan Moore (2005). En él se desplegaba un acercamiento visual, subrayado por el propio Moore, a su poética y universo mítico-mágicos. Que el cerebro del guionista esta atravesado por conexiones sinápticas extraterrestres se adivina leyendo sus cómics; pero después de observar el documental sobre su pensamiento, el espectador se queda con la sensación de que razón, filosofía, cábala y chamanismo son una misma cosa para Alan Moore; y que sus reglas y dogmas en realidad sólo los entiende el mismo, por mucho que trate de explicárnoslos.
En Caos y magia, la presencia de Moore es circunstancial y transversal (como la de todos sus personajes al margen de sus protagonistas), pero John Higgs hace, durante todo un capítulo, un intento estimable de asir su "pensamiento mágico" para introducir la teoría alanmooriana del "Ideaespacio mental" dentro de las herramientas lógicas que le ayudarán a desfacer el entuerto de los KLF y su millón de libras calcinado. En un pasaje de Caos y magia se dice de Alan Moore:
Alan Moore es guionista de cómics. Le han apodado "el mejor guionista de la historia" tantas veces que lo más probable es que sea cierto. Alcanzó la fama en 1980 con obras como V de Vendetta y Watchmen, y sigue siendo un prolífico escritor en su ciudad natal. Drummons tiene su misma edad, asistió dos años en Northampton a la escuela de arte y después trabajó seis meses en un psiquiátrico de la ciudad. Allí, Drummond y Moore frecuentaron muchos de los mismos clubes, pubs y conciertos entre 1970 y 1972, pero no se conocieron hasta los años noventa. Will Sergeant, de Echo the Bunnymen, le descubrió la obra de Moore en los ochenta, con V de Vendetta y La cosa del pantano.
Más allá de ella, a Moore se le conoce por su desdén hacia Hollywood, su extraordinaria barba y su interés por la magia. Es precisamente esto último lo que parece apuntar a que Moore era la única persona a la que The KLF intentaron mostrar activamente la película [Watch The K Foundation Burn A Million Quid] para conocer su opinión. Si uno quiere aprender sobre magia en la modernidad, Moore es la persona adecuada.
Van cogiendo el tono de este libro: una obra imprevisible, azarosa y divertida como pocas que, además, haciendo gala de esa impredecibilidad, se vende en ediciones de diferentes colores. Nosotros lo compramos por correo y no pudimos elegir. Nos tocó el amarillo, ¡qué buena suerte!