Vivía entre penumbras, bajo un halo de angustiosa satisfacción con aroma a sándalo. Entre las sombras, iba y venía, llevando en las manos uno de sus más preciados tesoros. Las pupilas, oscuras, la vida, dark.
Puso un disco. Exhaló el humo del cigarrito. Dejó de ir y venir para recostarse sobre el suelo frío esperando ser abrazada por sus alucinaciones. Aquellas que la convertían en una mujer decadente, en una mujer feliz.
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