El Nuevo Nuevo Testamento (2015, Jaco Van Dormael). Si las Mujeres Mandasen…

¡¡¡Dios existe y vive en Bruselas!!!.


¿Y por qué no?. No me parece una creencia más delirante que las de la mayoría de las que proponen las religiones actuales. El caso es que el catolicismo no es una religión muy feminista que digamos. "Esa puerta esta cerrada". No lo digo yo, lo dice el Papa (y el Papa guay, no cualquier Papa).

Y es que Todo empezó regular desde el momento en el que…

"El Génesis según MrLombreeze"

... Dios, aburrido de haber creado la Naturaleza que no es sino un espectáculo frío y muerto (como el espacio exterior) o cruel (como los animales carnívoros), decidió crear al Hombre a su imagen y semejanza, de lo que se deduce que Dios tiene escroto. Esto es una Verdad como un Templo. El Hombre, no menos aburrido de ver gacelas, nutrias, amapolas y chorradas por el estilo, le pidió a Dios una compañera (pero sin escroto) para poder dedicarle poemas, óleos y sinfonías y darle sentido a las estúpidas gacelas, nutrias, amapolas y a todas las demás chorradas por el estilo. Así que Dios, arrancando al Hombre una costilla (primera prueba de su sadismo), creó a la Mujer y a los poco días le endosó la responsabilidad del Pecado Original, recurso con el que el Creador nos tiene agarrados por los huevos y que es, también, el primigenio estigma machista que sirve de justificación divina para someter a la mujer y reducirla al papel de esclava y/o puta. 

El resto del Antiguo Testamento es una recopilación de barbaridades, hasta que aparece el hijo jipy de Dios con su revolucionario mensaje de “ama a tu enemigo”. Pero ésa es otra historia que terminó también regular.

Padre (macho alfa, barba blanca), Hijo (macho jipy, barba jipy) y Espíritu Santo (¿efebo asexuado imberbe?). La Madre y la Hija no caben en la Santísima Trinidad. Pues bien, en la película El Nuevo Nuevo Testamento Dios vive en Bruselas. Su hijo mayor se marchó hace mucho tiempo de casa. Dios es un cretino que va siempre en bata y chancletas, solamente ve los deportes en la tele, bebe cerveza, anula a su esposa como persona y maltrata a su hija pequeña de 10 años. Un machote.


Para combatir su tedio existencial, Dios se encierra en su habitación de juego y se dedica a torturar a la Humanidad. Le envía ébola, polio, esclerosis lateral amiotrófica, adrenoleucodistrofia, diabetes, sida, asma, accidentes, catástrofes naturales, partos con dolor, hambre, miedo, miseria, fieras y etc de todas cosas que hacen nuestro mundo innecesariamente menos hermoso y que, como dijo Camus, nos llevan a concluir que, o bien Dios no existe o bien Él es, en realidad, el sádico y colérico tirano que describe, detalladamente, el Antiguo Testamento. En fin, lo cierto es que los pobrecitos humanos vivimos acojonados por la idea de la incertidumbre del momento de nuestra muerte. Dios lo sabe y lo explota en su beneficio.

Partiendo de todo lo anteriormente expuesto (o eso creo yo), Jaco Van Dormael nos ofrece en El Nuevo Nuevo Testamento, una comedia que es un cruce entre Amélie y El cielo sobre Berlín. Casi nada. Entiendo que el resultado pueda resultar indigesto tanto por considerarlo superficial como por trascendente (según se mire). No es mi caso. No quiero contar nada más de la trama y solamente añadiré que quiero recomendar hoy, un día tan feminista, El Nuevo Nuevo Testamento porque, es, también, una película muy feminista que reflexiona, un poquito, acerca de la cuestión del papel de las mujeres en las religiones mayoritarias de nuestro planeta. O cómo es posible que las religiones ninguneen a la mitad del planeta y se queden tan panchas.

Es una sátira amable, poética, agridulce, surrealista y divertida. No se la pierdan. 
Sale Catherine Deneuve. Hela aquí en su maravilloso esplendor otoñal:



El realizador belga Jaco Van Dormael, responsable de El Nuevo Nuevo Testamento, es un gran melómano (ya lo demostró en Las Posibles Vidas de Mr. Nobody), así que la película está adornada con un montón de ¡¡¡música clásica!!!. Vamos a quedarnos con uno de sus dos leit motivs principales (del otro ya hablamos aquí).

Los tres minutos durante los que suenan las notas del Acuario de El Carnaval de los Animales (1886, Camile Saint-Saëns) constituyen uno de los momentos musicales más extrañamente hermosos de todos los tiempos. Le sirvieron a Terrence Malick para los créditos iniciales de su magistral Días del Cielo (1978). Son maravillosos. Disfrútenlos ahora y recuerden ver El Nuevo Nuevo Testamento.

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