Prepárense si es que deciden hacerme caso y ver esta película.
Risttuules (In the Crosswind). 80 minutos de voz en off en blanco y negro. Durante los 5 primeros y los 5 últimos minutos los personajes se mueven. El resto no. La cámara flota entre ellos durante larguísimos y virtuosos planos secuencia de realidad congelada, ¿Por qué?. Por honrar este testimonio: “Me siento como si el tiempo se hubiera detenido aquí en Siberia. Siento que mi cuerpo está en Siberia, pero mi alma está aún en mi tierra”.
Una película que responde a una cuestión muy sencilla: "¿Cómo sobrevivir al hambre, el frío, la humillación, la perdida de los amigos, de la libertad y a tener que seguir viviendo cuando toda esperanza está perdida?". Unos pocos cientos de los más de 40.000 estonios deportados a Siberia en 1941 por obra y gracia de Papá Stalin (“¿Qué mal hemos podido hacer nosotros, gente sencilla, a la Gran Rusia?”) lo lograron. Ésta es la historia de una de ellas. El testimonio de una de las supervivientes del Holocausto olvidado, el Holocausto soviético: