AQUELLA MUJER

Me caía bien aquella mujer. Me gustaba mirarla mientras hablaba. Era discretamente atractiva, con la belleza que sólo la naturalidad es capaz de mostrar; poco dada a la presunción y al exceso de atención a su aspecto; con el encanto de un pelo sano pero de estilo descuidado; espontaneidad y fragilidad compensadas; tierna y dura a la vez, paradójicamente contradictoria.
Interesante.

Y capaz de llorar ante un desconocido.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*