Ya no mueve la cola
el perro encadenado
al verlos pasar
camino de la escuela.
Pero ellos siguen
llamándole entusiasmados
por un nombre que se inventaron.
Sin saber
que el día que dejen de ser niños
albergarán su misma mirada.
Jorge M.Molinero,
de Gominolas en los bolsillos
(Zoográfico, 2015).