nunca dije
que me gustó usaras el suéter gris
que conté lo del incendio para ver tu cara de susto
que en el aeropuerto pensé cancelarían tu vuelo y vivirías conmigo
que eras molesta cuando repetías la palabra soldado
que a los minutos de conocernos deseaba saber a qué olías
que abrí la ventana del hotel para oír los autos mientras cogíamos
que lamento no exista una foto tuya con el cabello húmedo
que te espiaba en el cine y en las librerías
que a veces no respondí el teléfono porque tu voz hacía desapareciera
que odiaba llegaras tarde
Más textos de la belleza son los aeropuertos vacíos en el número 6 de la Revista Albedrío.