Termina un año que ha sido muy provechoso para mí, tanto en lo personal como en en la faceta literaria. Siempre recordaré 2015 como el año en que hice por primera vez varias de las cosas que caracterizan la vida pública de los escritores: presentar su obra, firmar ejemplares en la Feria del Libro y realizar diversos actos de promoción.
Estoy muy satisfecho con la decisión que tomé (no exenta de riesgo) de publicar mi primera novela, Desconexión, a través de Amazon, tanto en formato digital como en papel. Ello implicaba responsabilizarse de la edición, la maquetación y el plan de marketing, como si la escritura en sí no fuese suficiente epopeya. Por fortuna he contado con la ayuda desinteresada de varias personas sin las cuales el resultado final, tanto en su continente como en su contenido, hubiera resultado menos convincente, por lo que me siento muy agradecido.
La autopublicación me ha abierto puertas inesperadas. Agencia Autores decidió apostar por Desconexión y hemos acordado un contrato de representación, por lo que a partir de ahora tendré mayores posibilidades de colocar mis obras en las librerías más importantes. De hecho, está previsto que mi primera novela se reedite próximamente en la editorial Librando Mundos (espero confirmar pronto la fecha), por lo que tendrá una nueva oportunidad de llegar a los lectores.
Sin embargo, mi ambición creativa se haya volcada en una nueva obra, bautizada (aún no de forma definitiva) como Duermevela. Se trata de una novela algo más breve que Desconexión, con temática diferente y una estructura más compleja en la que he ensayado recursos literarios con los que hasta ahora no me sentía cómodo. Después de una necesaria pausa, voy a empezar muy pronto a revisar el texto para presentarlo a la agencia en los próximos meses. Si queréis leer algunos fragmentos os invito a ver estas entradas:
En cuanto al blog, reconozco que me está costando mantener el ritmo de actualizaciones de otros años, con entradas semanales o quincenales. Pero mi intención es seguir manteniendo vivo este canal, ya que he comprobado que, si bien los comentarios se han reducido, el número de visitas se mantiene o incluso se incrementa. Como petición para el año entrante os pido a esos lectores silenciosos que me dejen un comentario de vez en cuando, que siempre anima saber que hay alguien al otro lado de la pantalla.
¡Feliz 2016 a todos!