La señora Tessy Kipkalya Kones me escribió un email desde Ouagadougou. Debo añadir que yo a ella no la conocía de nada. Desesperada me contaba que había sido víctima de una conspiración familiar. Después de andar errante por su país, víctima de enemigos poderosos y de familiares envidiosos por la herencia recibida de su padre, asesinado por una madre infiel y ambiciosa, había aterrizado en un lugar impreciso al este de África. Se había casado con un hombre que ella presumía de buen corazón, pero había resultado ser sólo un amante deseoso de quedarse con su dinero. Ahora ella era víctima de la guerra y de su amante envidioso que amenazaba con asesinarla y me pedía por email una cuenta bancaria donde ingresar su fortuna a cambio de llevarme el 30% cuando ella estuviese a salvo.
Lo que no sabéis es que acepté la oferta de la señora Tessy Kipkalya Kones y que ahora nos estamos tomando un mojito en un hotel de lujo y riéndonos de todos los hijos de puta de nuestra vida.
Eva García Fornet