Obras Maestras de la Colección del Museo Guggenheim Bilbao

Hasta el próximo 3 de abril podemos disfrutar en el Guggenheim Bilbao a una exposición temporal dedicada a sus fondos propios.

Obras maestras de la Colección del Museo Guggenheim Bilbao ofrece la  oportunidad de contemplar una selección de estas piezas, en la que destacan, por ejemplo, el luminoso lienzo Sin título, de Mark Rothko, frente a La gran Antropometría azul (ANT 105) (1962) de Yves Klein dominada por el inconfundible tono azul que el artista patentó con su nombre; o la icónica imagen de Marilyn Monroe repetida una y otra vez por Andy Warhol frente a la expresividad que preside el gran lienzo serigrafiado de Robert Rauschenberg Barcaza (1962–63), o, los ya comentados, Nueve discursos sobre Cómodo (1963) de Cy Twombly. Los artistas alemanes Anselm Kiefer y Gerhard Richter, o los estadounidenses Clyfford Still y Jean-Michel Basquiat, también presentes en esta muestra con trabajos destacados, como lo está la escultura, representada por las piezas de los maestros vascos Eduardo Chillida y Jorge Oteiza enmarcadas en su contexto internacional.

La gran Antropometría azul (ANT 105) [La grande Anthropométrie bleue (ANT 105)], ca. 1960
Guggenheim Bilbao Museoa Sin título, 1952-53
Guggenheim Bilbao Museoa Marina (Seestück), 1998
Guggenheim Bilbao Museoa

En esta muestra también tienen cabida un conjunto de lienzos procedente del ciclo de Francesco Clemente La habitación de la madre (1995–97), que evoca los grandes murales decorativos de las stanze o studioli de los palacios renacentistas. Creado por el artista específicamente para la sala 203 del Museo, este trabajo se exhibe ahora en una galería distinta, lo que posibilita una mirada diferente en torno a la obra. La muestra incluye igualmente varias piezas que reflejan la vuelta a la figuración en la pintura que tuvo lugar en los años ochenta, así como otras obras que se caracterizan por recuperar la expresividad pictórica, como El diluvio (1990), donde Miquel Barceló aborda este tema apocalíptico configurando un paisaje gris y melancólico mediante la ejecución de cortes en el lienzo y la aplicación de abundante materia.

Faquires (Fakires), 1993 Guggenheim Bilbao Museoa

Faquires (Fakires), 1993
Guggenheim Bilbao Museoa

Esta exposición supone un hito en la historia del Guggenheim Bilbao ya que se inicia así un nuevo enfoque de la programación artística del Museo que da respuesta, entre otras cuestiones, a la necesidad de contar con un espacio fijo e idóneo para la contemplación de alguna de las piezas más representativas de la Colección Propia. Con el objetivo de ofrecer al público la posibilidad de contemplar las obras más emblemáticas de la Colección Propia del Museo de una manera idónea, potenciando al mismo tiempo las ambiciosas exposiciones temporales, el Museo Guggenheim Bilbao ha llevado a cabo una reflexión en torno a sus espacios y la adecuación de estos a los diferentes tipos de muestras de la programación artística anual. Así, partiendo de las premisas de no reducir el número de nuevos proyectos y de mantener la calidad de los mismos, la segmentación meditada de las plantas del Museo ha dado como resultado un nuevo enfoque de la programación artística. En este nuevo modelo se han identificado las galerías “no clásicas” de la tercera planta (salas 304, 301, 302 y 303) como las idóneas para albergar de forma casi permanente las Obras Maestras de la Colección del Museo Guggenheim Bilbao, al tratarse de espacios heterogéneos en cuanto a medidas, formas y capacidades que se adaptan perfectamente a los fondos propios más significativos. Las galerías clásicas de la tercera planta, ideales por su

Las célebres órdenes de la noche (Die Berühmten Orden der Nacht), 1997 Guggenheim Bilbao Museoa

Las célebres órdenes de la noche (Die Berühmten Orden der Nacht), 1997
Guggenheim Bilbao Museoa

configuración para la muestra de obras de menor formato y de exposiciones de arte de preguerra y de corte más “clásico”, actuarán así como prólogo a la Colección del Museo, configurando la tercera planta como el espacio dedicado a los fundamentos del arte actual. Por su parte, los espacios de la segunda planta del Museo se destinarán a albergar las grandes exposiciones temporales, de gran significación curatorial y proyección internacional. Las salas de la primera planta, a excepción de las dedicadas permanentemente a las obras de Richard Serra y Jenny Holzer, se centrarán en las tendencias más actuales, mostrando fragmentos de contemporaneidad. En torno al atrio, la sala 105, con más de 1.000 metros cuadrados, se dedicará a exposiciones con un carácter más experimental, o bien que sirvan para contextualizar las obras de la Colección dentro de la carrera de su autor, o destacar algún aspecto singular de la obra del mismo.

Barcaza (Barge), 1962-63 Guggenheim Bilbao Museoa y Solomon R.

Barcaza (Barge), 1962-63
Guggenheim Bilbao Museoa y Solomon R.

 Como parte importante de la actividad del museo se tendrá en cuenta la educación y difusión del arte, en los espacios didácticos, como complemento a la exposición se presentan breves Descubres sobre obras y artistas expuestos, que aportan información adicional específica y presentada de manera accesible. Estos Descubres, que abarcan cronológicamente todos los periodos de la exposición, corresponden a los artistas Eduardo Chillida, Francesco Clemente, Anselm Kiefer, Jorge Oteiza, Robert Rauschenberg, Mark Rothko y Cy Twombly.


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