tantos años peleando a la contra, tanta lucha y esfuerzo invertido en tantas causas perdidas provocan, pienso, cierto agotamiento y cierta relajación... uno baja la guardia y se mete en su caparazón y casi que lo único que quiere es que le dejen en paz, que le dejen en paz... pero hay cosas que, pese al cansancio, sigo sin asimilar, por qué unos creen que son más listos que los otros y tienen el patrimonio de la verdad, quién dicta las normas y de qué coño va ya a estas alturas este hipócrita juego... tantos años manteniendo la compostura, civismo y anarquismo bien digerido, tú haz lo que quieras mientras respetes a los demás, pero hay cosas que rompen las reglas y límites que no se deberían traspasar... sentar cátedra, anular, descalificar, vetar, adoctrinar... hay cosas, sí, que rompen las reglas... está lo sublime y está lo social, lo real y lo surreal, lo casposo y lo sucio, lo quimérico y lo crepuscular, lo canónico y lo subversivo y todos los caminos que desees tomar, pero creer que el tuyo es único que lleva a la verdad me abre, aún hoy, viejas heridas, cuando los mandarines del reino ponen sus vetos, los perros del amo queman los guetos y afilan sus espolones los gallos del corral...
el poder
oh el poder
me digo
tan corrompido
hoy como ayer
hoy como ayer
Vicente Muñoz Álvarez