buscando la lucidez
entre drogas
y camastros
amontonando
amantes
que llenen nuestros vacíos
con sexo compulsivo y
paradójico
que nos destruye
y nos enseña;
es nuestro
triste antídoto
contra el fatalismo.
Y como nunca mencionáis
lo que queremos oír
nos entretenemos
aquí
arremangados
en la obscenidad;
único lugar
donde
nos sentimos cómodos.
Julio Romero