Entrevista a Antonio Lazo

© Cecilia Lobel

Ya hemos hablado en otros post de la galería barcelonesa de Cecilia Lobel L & B contemporary art , ubicada en Poble Nou, una de las zonas más pujantes de la ciudad en cuanto a arte contemporáneo se refiere.

La galería está dedicada al arte contemporáneo, siempre dispuesta a la experimentación y a la investigación, sus propuestas artísticas son sumamente innovadoras.

Este verano presentaron la exposición “Acallar los ojos para que los oídos vean”, una propuesta que integraba una  instalación   site-specific  de arte sonoro   realizada  por J/A ,  una colaboración de  Joan Ill y Antonio Lazo.

Con motivo de la intervención pude charlar con el artista Antonio Lazo. El artista nos cuenta su formación, trayectoria, su amistad con Joan Ill y cómo realizó este proyecto.

L: ¿Qué proyecto presentas en la galería L&B contemporary art de Barcelona?

A: El titulo de la instalación es  “Acallar los ojos para que los oídos vean”. Un proyecto creado específicamente para la galería por el tándem J/A  (Joan ill /Antonio Lazo ).  De la larga amistad con Joan Ill ha surgido un proyecto de equipo que hemos denominado J/A. A pesar de que Joan volviese a Barcelona alrededor el año 2000, ha visitado París de forma periódica y nos hemos ido viendo con frecuencia. Hemos conversado sobre arte, visitado museos, exposiciones…En una de esas charlas él tuvo una ocurrencia de esas que le caracterizan y me dijo: Antonio, ¿por qué no trabajamos juntos? Al ser tan distintos en cultura, estilos, formación,  maneras de trabajar, altura, edad… lo tome como un chiste. Un tiempo después vine a Barcelona para realizar  un taller invitado por Cecilia Lobel, un curso intensivo de fin de semana en el que tratábamos sobre el video arte … Ahí, otra vez Joan insistió en emprender un trabajo conjunto pero la propuesta se quedó en el aire. Cuando regresé a Barcelona para una exposición y de nuevo me lo volvió a proponer, ya era la tercera vez y ya sabes que “ a la tercera va la vencida”.

L: ¿De que trata la propuesta? 

A:Nuestro objetivo era cumplir con  una serie de premisas planteadas inicialmente y creo que lo hemos logrado. La principal era partir de un  impedimento, de una zona neutra desde donde no pudiésemos trabajar con lo que ya habíamos hecho  anteriormente. Al ser artistas visuales decidimos eliminar lo visual para elegir otra vía: lo auditivo, lo táctil, lo olfativo… Optamos por lo auditivo. Empezamos a trabajar en torno al sonido y así comenzamos una propuesta que hoy ya es una realidad.

 

© Cecilia Lobel © Cecilia Lobel

 

L: Se trata de una instalación de luz  y sonido que pudo visitarse desde el 10 junio hasta el 10 de julio. Háblanos un poco mas del proceso de creación del proyecto que presentáis.  

A: Si, así es. Obviamente el título de la instalación es una metáfora: “Acallar los ojos para que los oídos vean”. Una persona oye mejor cuando esta a oscuras, pero nos pareció  demasiado sencillo poder apagar la luz para poder concentrarse mejor en el sonido. Por ese motivo, para llegar a un mismo punto de partida,  decidimos hacer lo contrario: si encendíamos la luz y la llevábamos a su máxima exposición, esta misma podría llegar a cegarnos. A partir de aquí Joan decidió construir una lámpara que fuese capaz de cegar. La siguiente premisa era huir de la representación. Es un trabajo muy mínimal desde el punto de vista formal y la propuesta esta creada con muy pocos elementos.  El proyecto consta de una tarima, un cortinaje que circunscribe el espacio donde tiene lugar la acción, una gran lámpara de 42 tubos de neón y dos pares de bafles ( 2 en la parte superior y 2 mas en la inferior). La canción que elegimos como motivo para este trabajo fue Luna de Margarita  del venezolano Simón Díaz.

Para trabajar con esta pieza, la idea era evitar la parte melódica de la canción para quedarnos con el ritmo y la letra. De lo bafles inferiores se emite un sonido de repercusión que corresponde únicamente el ritmo de la pieza que hemos elegido. Desde los superiores se pueden oír la voz de Joan y la mía descodificando el contenido de la canción de diferentes formas y liberándola de cualquier tipo de emotividad; recitando de forma aséptica cada palabra del texto o deletreando cada letra de algunos parágrafos….

Para acercar al espectador al origen del proyecto, si este lo desea, puede oír con unos auriculares la canción completa Luna de Margarita, un vals llanero venezolano muy conocido.

L: Ahora cuéntanos, ¿Cómo comenzaste en el mundo del arte?

A: Ser artista era algo que estaba debajo de las aspiraciones de mi familia por aquel entonces…estamos hablando de los años 70. Comencé a estudiar psicología y entonces entendí que mi camino era el arte, finalmente estudié bellas artes. Después me especialice en el sector de la enseñanza dentro del ámbito artístico.

L: ¿Cuáles han sido tus mayores influencias?

A: Aunque suene muy lejano en el tiempo, si hay algún artista que de verdad me haya influido ha sido Picasso, y por tanto, también  ha sido mi peor enemigo.  Cuando aprendes mucho de alguien, ese aprendizaje se puede convertir en una barrera, por tanto, tuve que destruir a Picasso, igual que él destruyó la perspectiva. Otro gran pintor moderno que me influyó fue Matisse. Después viene Dupchamp, las dos vertientes del arte actual, Picasso hacia modernidad y Dupchamp hacia la contemporaneidad. De los artistas posteriores  me impactó Beuys, cuando conocí su obra me quedé mudo, se conmovió algo dentro de mí. Aprendí un nuevo lenguaje. Pase mucho tiempo conociendo y asimilando su obra.

L: Vives en París desde hace muchos años ¿por qué?

A: Gané un premio de una Institución del Estado de Venezuela que te otorgaba una pasantía durante un año en París.  Luego me pareció insuficiente un año para aprender de todo lo que París me ofrecía.  Y le propuse a la presidenta de la institución quedarme un año más. Realicé todos los papeles para poder prolongar el premio un año más. Tras finalizar la pasantía decidí quedarme.

Debido a que mi formación artística fue muy formal  a base de láminas y diapositivas,  lo más real a lo que podía acceder para mi formación en arte contemporáneo eran todas las obras expuestas en los museos de la ciudad. Para mi París fue un gran impacto. Todo aquello que había visto en revistas, diapositivas, libros ahora lo constataba con una mirada directa. Era tan real que no tenía lenguaje para poder conversar  y dialogar  con los cuadros, con las diferentes obras. En ese momento, finales de ochenta y primeros de los noventas, estaban en boga  Beuys, los nuevos figurativos norteamericanos,   David Salt… El Pompidou y el Louvre para mi eran unos laboratorios donde poder constatar  no tanto la imagen como la talla. Por ejemplo, una obra que copié muchas veces era un cuadro de Rembrant donde hay una res, y pensé que era muy grande, en cambio es un cuadro muy pequeño. Y al revés, Las bodas de Caná del Veronés, siempre lo realizaba en tamaño chiquito cuando es un cuadro enorme.  Ese constatar la verdadera dimensión del cuadro supuso para mí una revolución, un cambio profundo. Además la vida de París, que es tan universitaria,  estás en constante aprendizaje y me producía una gran satisfacción.

L: Pero siempre has trabajado a caballo entre París y Venezuela.

A: Hay una relación natural de dos culturas. Si algo le debo a  París es que me  permitió conocer mejor a Venezuela. Esa distancia  cultural, climática, geográfica, de lenguaje…

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L: Desde 2004, desarrollas junto con la artista y profesora Zaira Bulhosse TAC, ¿en qué consiste exactamente este proyecto?

A: Mientras trabajaba en París y realizaba mis investigaciones, como también me siento docente por vocación, pensé en mi país. ¿Por qué no trasladar todo lo que estoy aprendiendo  a mi país?  Y se me ocurrió fundar un instituto privado para formar artistas en arte contemporáneo.  Le propuse a Zaina la idea. Ella es  una buena amiga, docente y una artista con una especial sensibilidad. Nos pusimos a trabajar en torno a esta idea y el proyecto duró ocho años hasta que la situación política en Venezuela ha impedido continuar con desarrollo del instituto.

L: ¿Has ofrecido algún taller pedagógico en Barcelona?

A: Uno intensivo de tres días, una charla debate, en torno al video arte , centrándonos en la figura de Bill Viola., por otro lado, también hicimos una charla en torno al libro ( ya del 2008) “Siete días en el Mundo del Arte” de Sara Thornton. Es un libro que se presta al debate. Joan me lo dejó para que leyese el capítulo sobre la docencia, pero enseguida me interesó todo el libro en el que se tocan distintos factores del arte, como las subastas o el coleccionistas, que me parecía una persona con un gusto más epidérmico, y me di cuenta de  que el coleccionista es una persona que investiga y que apuesta por el arte….Me viene a la cabeza Leona Castelli, ese señor cambió el mundo de las galerías y con él . el mundo del arte. Leona Castelli capta por donde van a ir las nuevas tendencias del arte y las sabe gestionar.

© Cecilia Lobel

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L: Por último,  ¿Cómo surge la relación J/A, Antonio Lazo-Joan Ill?

A: Esta relación también tiene que ver con París. En el segundo año de estadía en París, como ya te conté anteriormente, decidí quedarme en Europa. Una amiga norteamericana, Lisa Garner, nos informó a mi esposa y a mí que había un artista que alquilaba su taller en Barcelona. Bueno, nosotros pensamos si no es París pues es Barcelona, vámonos para allá. ¡Y apareció Joan! Le di 1000 francos para asegurar el taller. Esa operación al final no se efectuó, porque alguien muy amigo mío nos propuso quedarnos en París y que costearía los gastos de alojamiento. Entonces decidimos seguir en París. El dinero que le di a Joan para alquilar el local, fue un dinero muy interesante, porque esa suma se transformó en libros que Joan me traía cuando me visitaba en París. Todos los libros que me interesaban, así los podía leer en castellano, ya que por aquel entonces me constaba un poco el francés. Así surgió esa amistad. Joan se estableció en París y nos hicimos vecinos. Pasábamos unas tardes estupendas tomando té, conversando sobre arte, visitábamos juntos las exposiciones, y de ahí surge esta gran amistad que tiene ya más de veinte años.

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