es una de las enseñanzas básicas de uno de mi maestros antiguos, Carlos Castaneda (vía Don Juan Matus), y de tantos zenistas y budistas que en el mundo han sido, que jamás creí que podría llegar a aprender pero que al fin estoy comprendiendo... posiblemente me quede mucho aún, seguramente vuelva una y mil veces atrás, pero me da que comienzo a entender... en resumen y por simplificar: domina tus emociones hasta poder ver desde arriba o abajo todo lo que sucede dentro y fuera de ti... nada nuevo bajo el sol, por otro lado, porque de esto llevan milenios hablando otros muchos, pero asimilarlo y encarnarlo cuesta casi una vida... y aunque siempre pensé que lograrlo sería en cierto modo aséptico y frío, estar acercándome a ello está siendo cálido y revelador y me está proporcionando una serenidad que agradezco... como verlo desde arriba o desde abajo todo, pero panorámicamente, como en perspectiva, macro o microscópicamente, pero con otra visión... por qué y cómo se logra no lo sé y qué consejos puedo dar al respecto ni idea, porque es algo que no se puede forzar, gafas, desde luego, no hay para ello... simplemente obsérvate y respira: ya llegará la visión...
Vicente Muñoz Álvarez