Tal vez hemos llegado demasiado tarde a la temprana edad de sabios consumidos en labios que no hemos besado, ya lo sabías. Tal vez no sea un éxito el repartir cenizas de ave fénix, esperando que resurjan los vuelos diarios a Estocolmo, por ejemplo. Tal vez esto es un colmo, o la colmena de tus abejas polinizadoras, en panales de rica miel. Tal vez el oso hormiguero sea diabético, quizás la hormiga sea la fragilidad del radio en decúbito supino, esperando que el fémur más largo, sea fuerte de nuevo y no sucumba a la osteoporosis de tu tibia, entre los músculos engarrotados de un calentamiento mal hecho. Tal vez seamos gemelos, rodillas articuladas, corazón auriculado, o lengua ventrílocua. Tal vez seamos sólo anatomía de cuerpos sumergidos en líquidos que desalojamos como principio del alma, que pesa veintiún gramos de neuronas alternativas. Tal vez tú seas alma y yo cuerpo, quizás tú cuerpo yo alma, posiblemente seamos moléculas asociadas, S.A, en la hipótesis asombrosa de esas células nerviosas, que establecen conexiones como si fuesen relaciones, y no lo son, tal vez porque hemos llegado tarde a la temprana edad de sabios consumidos en labios que no hemos sabido besar, pero eso ya lo sabías.
Laura Martínez García