pero nos perdonábamos.
Tú decías amar mi pelo largo
y esta costumbre de leerte versos
que por entonces creía memorables.
Luego fui demasiado complicada.
Teorizaba mucho
y no aprendía a cocinar.
En una palabra:
te faltaba el cariño necesario.
Todavía pregunto de qué cariño hablabas.
Qué revisión de causa te hizo creer
que el amor tiene fórmulas
y leyes postuladas por refranes.
Todavía pregunto de qué cariño hablabas
y me duele cambiarte por palabras
en esta noche
en que me siento
a teorizar conmigo
mientras afuera llueve
y tú
sentado ante la mesa de otra casa
esperas el café
que una mujer
de pelo corto
te prepara.