El nunca bien ponderado director norteamericano Jules Dassin (efectivamente, el padre de Joe Dassin) nos dejó hace unos pocos años (como recordábamos en este post que nadie leyó) para entrar, por la puerta grande, en el Olimpo de los Dioses Cinematográficos Gusanos (DCG).
Dassin tiene tres ochomiles en la Historia del Cine: La ciudad desnuda (1948), Noche en la ciudad (1950) y Rififí (1955, una película que prácticamente inventa el género heist) con las que demuestra que es uno de los grandes directores en lo que a filmar en localizaciones de grandes ciudades se refiere: NY, Londres y París respectivamente. Casi nada. Junto con la Viena de El Tercer Hombre, las dos primeras películas que queremos hoy recordar en nuestro blog conformarían una gran trilogía de ciudades fotografiadas en b/n del cine de posguerra (con permiso del neorrealismo italiano).
El caso es que diez años antes de la nouvelle vague y al mismo tiempo que los neorrealistas italianos, Dassin filmó la vida diaria de las calles de NY (inspirado por el trabajo del mítico fotógrafo Weegee) con una maestría inigualable en La ciudad desnuda, una película de exteriores rodados en un estilo casi documental que cuenta una historia de interiores sobre detectives de homicidios algo que, para muchos, le restará glamour cinéfilo si la comparamos con los dramones de las ruinas europeas con curas católicos buenísimos fusilados por fascistas malísimos (sí, a mí, lo mismo que a Buñuel, no me gusta Roma, ciudad abierta) o de pobres ladrones de bicicletas (esta sí, obra maestra). Pero es que las ciudades norteamericanas no fueron bombardeadas durante la WWII y no había ruinas ni escombros que fotografiar. Qué le vamos a hacer.
Resumiendo: No se pierdan La ciudad desnuda. Comienza así:
De Noche en la ciudad ya hablamos aquí con lo que no me enrollo más y les invito a que revisen estos dos clásicos y disfruten de las maravillosas imágenes nocturnas del gran Jules Dassin (1911 - 2008), un director judío criado en Harlem y en el Bronx. Conózcanlo por su nombre.