Un yo que se busca en los objetos olvidados de las playas. Dentro de la bolsa donde guardo bolsas más pequeñas dobladas en forma de triángulo. En los grafitis de las escuelas y en los tapices de los consultorios médicos. Un yo hecho con las estampitas que robé de niño, con las vidas (compradas en las papelerías) de los héroes nacionales, con capítulos de teoría económica donde se otorga un precio a las manos de los artista, a sus dientes, a sus archivos que pudieron dañarse en cualquier inundación.
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