El pasado miércoles Antoni G. L. , de 23 años de edad, apareció muerto en su casa sin signos de violencia y con un libro en sus manos. Los primeros indicios apuntaban a una muerte natural. La autopsia reveló que la causa era falta de oxígeno, lo cual sorprendió a la familia que declaró que no tenía problemas respiratorios previos.
En la escena solo se había encontrado el libro que sostenía la víctima y la habitación se encontraba ordenada y bien ventilada, por lo que era un misterio para la policía. Tras la investigación la policía ha realizado las siguientes declaraciones: “Es sorprendente pensar que algo así podía suceder. Al parecer el libro carecía de signos de puntuación. La víctima se quedó sin aire al no realizar ninguna pausa y se ahogó. Estamos en busca del autor del libro y se va a proceder a hablar con la editorial para paralizar su venta hasta que se remedie el error. Esperamos que no haya más víctimas por este libro.”
La familia está consternada: “Sabíamos que leía habitualmente, pero quién se iba a imaginar esta tragedia.” Están planteándose denunciar a los responsables de esta tragedia: “Si hubiera estado revisado y publicado correctamente, no hubiera sucedido”.