Todo se repite de nuevo, día tras día el mismo dilema, las mismas personas y diferente el sufrimiento. Cada día al despertar no veo un rostro sin igual al de los demás, siempre el mismo dilema de mediocridad, la misma guerra entre personas inmoral. Pero, ¿qué he de hacer yo? Si mi condena es soportar, resistir y no dejar que todo esto me consuma sin piedad. Al despertar quisiera todo cambiar, ¿pero quién soy yo para deshacer lo que la vida ha de querer? Obligatoriamente sólo soy el mismo ser humano que todos los demás, que al despertar no cambian de rumbo ni de mediocridad por miedo a fracasar.