Soy Cuba
es un maravilloso panfleto comunista cubano-soviético coproducido
a mayor gloria de la Revolución cubana (1959).
Es un panfleto, sí, pero es maravilloso, también, porque está dirigido por el maestro Mijaíl Kalatozov, responsable de una de las películas más bellas de todos los tiempos: Cuando pasan las Cigueñas (1957).
Gracias al buen hacer de Kalatozov, si ustedes deciden ver Soy Cuba es muy posible que ni siquiera noten su guión maniqueo ni sus personajes estereotipados. Soy Cuba es lo que es pero no da ni la milésima parte del asco que puede dar ver hoy día, por ejemplo, esa obscenidad titulada El Triunfo de la Voluntad. En Soy Cuba todo queda eclipsado por la asombrosa y prodigiosa realización que pone a su disposición un catálogo de larguísimos y elaboradísimos planos secuencia que les van a dejar con la boca abierta.
La película se divide en cuatro historias. La tercera incluye la escena que les recomiendo que vean ahora mismo. Se trata del funeral de un joven asesinado por la dictadura de Batista durante las manifestaciones de estudiantes de la Universidad de La Habana.
Pulsen Play y ya me dirán qué les parece esta maravilla rodada hace medio siglo: