Día tras día… momento a momento…
vas enlenteciendo tu propio lamento.
Pasito a pasito, grandes zancadas un buen día…
tu alma va asomándose con gran alegría.
No temas…al principio da bastante impresión…
sigue avanzando en la búsqueda de tu honor,
de tu tesón, de tu más sincero ser, sentir, vivir
y el latir de tu propio corazón.
Párate, toma tu aliento, medita tu silencio y…
descubrirás la magia en cada momento.
¡Sí! ¡todo es magia! todo encaja.
Cuando escuchas de verdad muy adentro,
todo marcha a tu encuentro.
Se acaban los imposibles, los “no puedo”…
y todo lo que tienes en tu interior resurge renaciendo.