Cuando empezó a escribir le desbordaban las palabras, se le ocurrían cuatro adjetivos por cada sustantivo, pero a medida que fue evolucionando, fue recortando los rodeos, suprimiendo florituras. Empezó por la novela y se pasó al cuento hasta llegar al microrrelato. Al final, una palabra le bastaba para describir toda una vida hasta que finalmente enmudeció y blandía el folio en blanco como única posibilidad, después ni eso. Silencio.