Una vez más, el grandísimo Mario Bava dándolo todo en pantalla: erotismo, psicodelia y sangre, inquietantes maniquíes (sello inconfundible de la casa), una historia delirante y trágica, una atmósfera que parece salida de un viajecito de tripi bien cargado y el mismísimo Telly Savallas oficiando de maestro satánico de ceremonias (por supuesto, con su Chupa Chups).
En El diablo se lleva a los muertos (La casa dell'essorcismo, 1973), Bava riza si cabe aún más el rizo respecto a su filmografía anterior, situándonos en un Toledo de pesadilla e introduciéndonos en una trama particularmente espectral, donde no faltan misas negras y orgías, crímenes maravillosamente orquestados y truculencias de todo género y tipo. Aunque en el fondo el argumento aquí sea lo de menos, eclipsado por una puesta en escena deslumbrante y barroca que destila buen hacer y genialidad por los cuatro costados.
Otra obra maestra del cine de horror setentero, que entusiasmará sin duda alguna a los amantes del género.
Vicente Muñoz Álvarez, de Cult Movies: Películas para llevarse al infierno (Eutelequia, 2011. LCLlibros.com, 2013).
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