EL DEMONIO TE COMA LAS OREJAS por David González.




Estás hablando
con el retrato
de tu chorba.
Tienes que levantar
mucho la voz
para que ella
pueda oírte:

el Chao
acaba de abrirse las venas
con una hoja de afeitar
y está chillando
y pegando coces
en la puerta cerrada.

Tu novia cierra los ojos.

Le gustaría también
tener manos
para taparse los oídos.


David González, de El demonio te coma las orejas.