Hoy nos bajamos en Ciudad Lineal. Es jueves, 11.00 horas; el barrio es puro bullicio porque la calle Alcalá está repleta de comercios, y sorprende cómo un nombre que remite al centro de la ciudad hace que la periferia no lo parezca tanto. Si mentamos la famosa vía, nuestra cabeza se llena de las mismas imágenes que encontramos en Google. La más típica: la de su confluencia con Gran Vía, donde reina el edificio Metrópolis. Pero Alcalá también es esta parte de la ciudad cuyo nombre evoca una línea recta, y por tanto un orden desmentido por la heterogeneidad desconcertante de los edificios y por lo variopinto de su vecindario. EL ARTÍCULO SIGUE AQUÍ.