Vías paralelas

Después de cenar ven juntos la televisión. Apenas hablan y si lo hacen nadie deduciría de ello una conversación. Después se acuestan, se desean buenas noches con un beso en la frente y duermen. Hasta la tarde siguiente, ya al anochecer, no se volverán a ver.
Se diría que todos estos años juntos otorgan la conformidad a su matrimonio, pero en realidad siempre ha sido así. Sus vidas son dos raíles de tren, vías paralelas.
Nunca
llegarán
a encontrarse.


Esteban Gutiérrez Gómez, Mi marido es un mueble

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*