Hoy es uno de esos días de bucle infinito…
de pena y tontería recurrentes,
día perdido buceando hacia abajo
en los barros pegajosos de esta lástima por mí,
una piedad inmerecida, una clemencia
que exijo por tu parte y por la mía…
Abandonada me recreo en una tristeza tibia,
en unas absurdas ganas de llorar por todo y por nada,
y escucho todas las canciones cortavenas
que caen en mis manos y me las aplico
y las asumo y devoro sus entrañas
y me arrepiento del destrozo…
Acepto lo infantil de todo esto,
qué tonta y qué triste me siento,
qué niña perdida, qué puerto sin barco,
qué barco sin telas, sin viento, sin sal…
Y espero un mensaje… y tú inmisericorde
me ves aquí y no me miras,
me miras y no me ves.
Y me da la pena…
qué tontería…
qué cosa tan triste…