“Nunca se sabe que encontrará uno tras una puerta. Quizá en eso consiste la vida: en girar pomos”.
(Albert Espinosa)
Dicen que para valorar ciertos aspectos de la vida, has tenido que visitar la oscuridad. Y no iba a ser menos para los artistas. Así comenzó su imparable carrera este escritor, guionista, actor y director nacido en Barcelona en 1974, tras una difícil adolescencia a causa de un osteosarcoma. Y es que Albert Espinosa tenía muchos pomos que girar y muchas puertas que abrirnos.
Posee un estilo único, sensible y particular, gracias al cual ha sido premiado en varios festivales de cine españoles. Guionista de las películas “4ª planta”, “Va a ser que nadie es perfecto” y “Héroes”; de la serie televisiva “Pulseras rojas” y de las obras de teatro “Retazos”, “Tu vida en 65 sg” y “Los pelones”, se ha consagrado como uno de los mejores escritores españoles, traducido a más de quince idiomas y con más de medio millón de novelas vendidas. Recientemente, ha publicado “El mundo azul. Ama tu caos” (2015), éxito precedido por “Brújulas que buscan sonrisas perdidas” (2013), “Si tú me dices ven, lo dejo todo… pero dime ven” (2011), “Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo” (2010) y “El mundo amarillo” (2008).
Pero no sólo le gustan los títulos originales. Sus personajes son inusuales también, todo lo opuesto a los arquetipos literarios. Espinosa viste de peculiaridad sus historias, incluso con impronta propia, hilando con las tramas principales de sus novelas experiencias propias o cercanas de las que ha sido testigo.
Albert Espinosa posee un estilo humano y sensible que te lleva mucho más allá de la literatura. Con sus lecturas, te llevas una lección aprendida y una sonrisa interior que dura días. Destila filosofía vital. Aprendes nuevos conceptos, como las perlas, los diamantes y los amarillos. Según explica en sus novelas, las perlas son personas que aparecen y que marcan tu año. Cada ochenta o noventa perlas, aparece un diamante, que define como esa persona tan indispensable e importante en tu vida que parece creada únicamente para ti. Y luego están los amarillos, que son el nuevo escalafón entre la amistad y los amantes. Esa gente que se cruza en tu vida y que con una sola conversación puede llegar a cambiártela. Estoy segura de que este autor está entre alguna de las categorías para muchos de sus lectores, como sé que más de uno y de cinco llevan anotado en su bloc de notas algunas de las maravillosas frases de sus novelas:
“Rompes a llorar o reír. Creo que vale la pena hacerse añicos por esos sentimientos”.
“Ser diferente de pende tan sólo de cuántos estén en tu bando”.
“Mi madre decía que la edad verdadera está en el estómago y en la cabeza. Las arrugas son tan sólo fruto de las preocupaciones y de comer mal”.
“—¿Nunca has parado el mundo?
—¿Qué es parar el mundo?
—Parar el mundo es decidir conscientemente que vas a salir de él para mejorarte y mejorarlo. Para poder moverte y moverlo mejor. En ese tiempo debes intentar que nadie ni nada te cree problemas. Alimentarte de buena literatura, de buen cine y, sobre todo, de la conversación de una única persona que te inspire en este mundo. ¿Y sabes qué…?
—¿Qué? —dije emocionado y fascinado.
—Luego el mundo te premia. El universo conspira a favor de los que lo mueven. Y ésos son los que lo paran.”
Como anécdota, cuenta que en sus inicios en la profesión se dio un plazo de tres años para que alguien descubriera su talento y justo el día que éste finalizaba, le llamaron. Es una persona muy cercana y abierta, con una gran energía creativa de la que se puede aprender mucho. Gracias, Albert, por esta gran enseñanza, por inyectarnos ilusión a través de la literatura, del cine y del teatro y por recordarnos que hay que perseguir nuestros sueños y nuestras metas, que serán mayores cuanto más grandes hayan sido nuestros obstáculos. Gracias, de corazón, por seducir así nuestras almas. Es fácil parar el mundo contigo y somos muchos los que lo moveremos gracias a ti.