Colecturía de adunas (Liliputienses, España, 2013) reúne la poesía más reciente de Homero Pumarol (República Dominicana, 1971). En este libro nos enfrentamos a la mirada de un hombre que es testigo de sus pérdidas y de sus alegrías, ante la voz de un individuo que no huye a pesar de su ironía y desasosiego, de alguien que guarda en un sótano las crónicas de su juventud y de su incipiente madurez.
El territorio de Homero Pumarol está habitado por inmigrantes y por los objetos incautados en los aeropuertos. Es un país cuyos límites son el tiempo perdido y recuperado delante de las luces de una rocola, en la barra mojada y sucia de una cantina, en el zumbido de esas ciudades tan veloces como un asalto o un accidente automovilístico.
No resistance
Cuando te ponen una Colt 45 en la cabeza
a las cuatro de la mañana en la Zona Colonial
lo primero que pierdes es la borrachera.
a las cuatro de la mañana en la Zona Colonial
lo primero que pierdes es la borrachera.
Ese dinero tan bien invertido
desde las siete de la noche
en el menos doloroso de los casos en cerveza,
se esfuma tan pronto el cañón frío
toca por primera vez tu sien.
Los cigarros no importan mucho,
pero molesta comprobar que todo atracador fuma
y que no te dejará ni el de la vergüenza.
desde las siete de la noche
en el menos doloroso de los casos en cerveza,
se esfuma tan pronto el cañón frío
toca por primera vez tu sien.
Los cigarros no importan mucho,
pero molesta comprobar que todo atracador fuma
y que no te dejará ni el de la vergüenza.
Después avanzas por la calle oscura
con la insoportable sensación
de que acabas de nacer
sin BBpin ni Blackberry,
en un mundo donde nadie te conoce
y donde tus nervios importan tan poco
como todo el efectivo que dices que tenías.
con la insoportable sensación
de que acabas de nacer
sin BBpin ni Blackberry,
en un mundo donde nadie te conoce
y donde tus nervios importan tan poco
como todo el efectivo que dices que tenías.
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