Sobrebeber, de Kingsley Amis


Yo ya había leído unos cuantos libros de Martin Amis (y espero leerlos casi todos: ahora mismo estoy terminando Experiencia), pero creo que no había leído ninguno de su padre: el igualmente prestigioso Kingsley Amis. El otro día compré sus Cuentos completos, en lujosa edición de Impedimenta y traducción de Raquel Vicedo, pero de momento he preferido empezar por Sobrebeber, magnífico y divertidísimo volumen que agrupa tres breves libros del autor que giran en torno al alcohol: Sobre el beber, El trago nuestro de cada día y El estado de tu copa.

Sobre el beber es un tratado exhaustivo sobre el alcohol: hay recetas de cócteles, formas típicas y diferentes de preparar tragos célebres, combinados que se inventaron el propio Amis y otros escritores, notas sobre la resaca, utensilios adecuados para el bebedor diario, guías para los compradores de vino, dietas para el beodo, anécdotas de la vida de Kingsley…

El trago nuestro de cada día es un compendio de los artículos y crónicas periodísticas que escribió en torno al alcohol. Él mismo advierte que hay temas e ideas que se repiten, pero en Kingsley Amis esto da igual porque siempre nos hace reír.

El estado de tu copa es una suma de cuestionarios sobre la bebida (usos, costumbres, clases de alcohol, datos históricos, cócteles, inventos…). Amis ofrece varias respuestas y el lector debe tratar de averiguarlas, de escoger la acertada. Las respuestas correctas se incluyen al final del libro.

Amis es el mayor experto que me he encontrado en la materia. Juraría que deja atrás a Charles Bukowski y a Ernest Hemingway. Fue una autoridad en la bebida. La mejor definición de la "resaca metafísica" (otra cosa es la "resaca física", con sus mareos y sus dolores de cabeza) es la suya:

Cuando esa mezcla de inefable de depresión, tristeza (no son lo mismo), angustia, desprecio de uno mismo, sensación de fracaso y miedo al futuro empiece a imponerse, recuerda que lo que tienes es resaca. No te estás poniendo enfermo, no has sufrido una leve lesión cerebral, no haces tan mal tu trabajo, tu familia y tus amigos no han tramado una conspiración de silencio a tu alrededor para que no descubras que eres un mierda, no estás viendo por fin cómo es realmente la vida y no hay por qué llorar por la leche derramada.

El libro contiene tanta sabiduría y tantos cometarios ácidos que constituye una diversión de principio a fin. Amis era un juerguista y un tipo mordaz, aunque su hijo sería aún más mordaz. Digamos que el padre tuvo una veta más humorística. Aquí va un ejemplo:

La Navidad es tradicionalmente un período en que nos portamos bien con nuestros semejantes y vamos por ahí repartiendo nuestra mejor voluntad. Pues bien, para ser amable con el prójimo necesito cuidar exquisitamente de mí mismo, y debo hacerlo dedicando particular atención a la esfera etílica. A tal efecto procuro acumular los pocos recursos básicos sin los cuales las santas pascuas serían una broma de mal gusto que me dejaría sin buena voluntad que distribuir.


[Malpaso Ediciones. Traducción de Ramón de España y Miquel Izquierdo]

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