"París, mayo del 68.
Es verdad, mientras yo miraba, Flavio actuaba, pero jamás me sentí inferior por no sacar las manos de los bolsillos. Se dejó el pelo largo por solidaridad más que por moda. A mi me lo propuso, pero después de valorarlo unos segundos frente al espejo, pensé que mejor quedarme como estaba. Yo no había venido al mundo a pegarme con nadie ni a apoyar revoluciones. Qué le iba a hacer, no me sale eso de dar voces y repartir octavillas en las universidades. Mayo, para mí, era el mes de la primavera, la época de las flores, no la de las revoluciones. Pero sí, estuve allí, y corrí delante de los gendarmes porque todo el mundo lo hacía aunque fuera el único de los presentes que desconocía la razón de aquello. Seguía a Flavio por amistad, no por compromiso".www.caunedo.blogspot.com