Nuestra historia, un poco absurda,
si seguimos así no contará
entre sus finales con uno muy feliz.
Somos dos amigos desconocidos,
esto es raro, ya lo sé, que no saben dónde ir ni si quieren ir a alguna parte,
dos extraños que se tratan tan familiarmente
que hasta se hacen exigencias,
dos oscuros personajes, casi se diría, de ficción.
Reza para que un día no nos pase como a aquellos dos
que con el tiempo descubrieron
que no eran sino amigos imaginarios
y desde ese instante no pudieron
ni quisieron ni supieron
volver a verse.