llegar de Pucela sano y salvo y sin multas (que yo sepa) a casa *, haber sorteado a miles de policías en la ciudad (oh, la policía de Valladolid, qué entrañable y agradable siempre), haber logrado vender unos pocos zapatos, sentir al volver la primavera presente, ver mis queridos montes en el horizonte al llegar y esperar ahora una dulce compañía, poco más puedo pedirle al cielo...
y como regalo añadido en mis (contadas) horas de ensoñación, El del medio de los Panero, de mi hermano Gsús Bonilla, de lo poco (o lo único) que me ha hecho sonreír en estas crudas jornadas de carretera...
Vicente Muñoz Álvarez
* en Valladolid la zona azul no sólo es la más cara de toda Castilla & León & Asturias, sino que es la única en la que hay que cambiar el coche cada dos horas de lugar... eso, añadido a que las zonas de carga y descarga son con disco de control obligatorio y los curriquis de fuera no podemos usarlas, la convierte en un infierno de Dante para trabajar... de ello, of course, se encargan los cientos de policías y controladores que amenizan con sus dulces sonrisas la ciudad... y mira que tengo buenos amigos allí... pero que no os toque trabajar con el coche en Pucela, hermanitos... o lo vais a pasar mal, muy muy muy mal...