Antes de colgar mi reseña de este libro en Playtime, os dejo con algunos extractos del texto de Neil Gaiman:
Cuando comienzas tienes que lidiar con los problemas del fracaso. Necesitas entereza, presencia de ánimo, para aprender que no todos los proyectos sobreviven. La vida freelance, la vida en el arte, es a veces la del náufrago que arroja al mar mensajes embotellados con la esperanza de que alguien encuentre uno, lo lea y meta en la botella algo que navegue hasta la orilla de su isla desierta: comprensión, un encargo, dinero o amor. Y deberás resignarte a la molestia de que quizás mandes cien mensajes antes de que te llegue la respuesta.
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Aún tenía la máquina de escribir y suficiente dinero para pagar dos meses de alquiler. Decidí que, a partir de entonces, haría cuanto estuviese en mi mano para no escribir sólo por dinero. Si el trabajo es una chapuza y el dinero nunca llega, te quedas sin nada; si el trabajo es satisfactorio, al menos te queda esa obra aunque no llegue el dinero.
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Observaba a mis colegas, a mis amigos, a la gente mayor que yo, y veía lo infelices que eran algunos. Me contaban que ya era imposible concebir un mundo donde pudiesen hacer lo que realmente deseaban porque debían ganar una cierta cantidad cada mes sólo para conservar lo que ya habían conseguido. No podían hacer las cosas que les importaban y que de verdad querían: esto me parece una tragedia tan lamentable como el fracaso.
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Recordad que, al margen de la disciplina elegida (ya seáis músicos, fotógrafos, pintores, dibujantes, escritores, bailarines o diseñadores), hagáis lo que hagáis, todos poseéis algo único: la capacidad para crear arte. Y, tanto en mi caso como en el de muchas personas que conozco, esto ha sido un salvavidas. El salvavidas por excelencia que te saca de las duras y te lleva a las maduras.
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Cuando sintáis (no es imposible) que camináis desnudos por la calle; que mostráis demasiado de vuestro corazón, de vuestra mente, de vuestro interior; que exponéis demasiado, ése es el momento en que seguramente habéis dado en el clavo.
[Malpaso Ediciones. Traducción de Bernardo Domínguez Reyes]