«La aguja de las gaviotas», de Carlos Alcorta

LA AGUJA DE LAS GAVIOTAS, de Carlos Alcorta. Libro de Referencia: Clara Janés, "Huellas sobre una corteza". Col «Cuadernos del Mediterráneo»,. Carlos Morales del Coso Ed.,  Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2004.
Carlos Alcorta
(España, 1959)
La aguja de las gaviotas

                                               A Antonio Cabrera

Pura roca gastada por el viento
y laboriosas olas  intensas, sucesivas,
imán para ese cielo que la asiste
en su anclaje y da a sus abruptos nidos
de leve pluma seca, condición y equilibrio.

(En estas semanas de viento y nieve
parece intranquila, subordinada
a una presión que le hace mella o sangre:
emblema de valor, vence al instante el miedo.
Yo lo percibo, mientras la muestro a otros.)

Su ser en sí es asiento permanente
de gaviotas, de migratorias aves
marinas que no acierto a distinguir
en la distancia porque se sumerge
la mirada en un fondo negro y esquivo
donde arraigan, igual que musgo o niebla pura,
escrofulosos pecios del pasado.
A ciegas, con la clandestina luz
propicia que al instinto favorece,
en bravío compás de ala certera
vuelan en un azul que les sostiene
y orienta hacia el frontón inaccesible
que socorre y resguarda su descanso.

Engulle remolinos
la desprendida arista,
la estéril cortadura que violentos
golpes de mar escinden del peñón
y es vivero de conchas y de espuma
la mínima atalaya donde mueren.
Se eleva su pesada forma quieta
en el aire ardido de la celeste
cúpula y flotan en su cumbre errantes
sombras de una alborada intemporal
que vela nuestro mundo, mientras crece
dentro del nódulo de piedra al rojo
la presencia que trama el pensamiento.

        De su libro
 Sol de resurrección
Calambur, 2009

A bússola das gaivotas
Traducción de Jorge Gomes Miranda

Pura rocha erodida pelo vento
e laboriosas ondas intensas, sucessivas,
imán para esse céu que a segura
na sua ancoragem e dá aos seus abruptos ninhos
de leve pluma seca, condição e equilibrio.

(Nestas semanas de vento e neve
parece intranquila, subordinada
a uma pressão que lhe faz mossa ou sangue:
emblema de valor, vence na hora o medo.
Eu sinto-o, enquanto a assinalo a outros.)  

O seu ser em si é sítio permanente
de gaivotas, de migratórias aves
marinhas que não consigo distinguir
na distância porque se submerge
o olhar num fundo negro e esquivo
onde germinam, como musgo ou névoa pura,  
escrofulosos destroços do passado.
                               
Às cegas, com a clandestina luz
propicia que o instinto favorece,
no bravio compasso de asa exacta
voam num azul que as sustenta
e orienta em direcção ao frontão inacessivel
que socorre e resguarda o seu descanso.

Engole remoinhos
a desprendida aresta,
o estéril corte que violentos
golpes de mar cindem do rochedo
e é viveiro de conchas e de espuma
a mínima atalaia onde morrem.
Eleva-se a sua pesada forma imóvil
no ar ardido da celeste
cúpula e flutuam no seu cume errantes
sombras de uma alvorada intemporal
que vela o nosso mundo, enquanto cresce 
dentro do nódulo de pedra em brasa
 a presença que trama o pensamento.
  

Grandes Obras de 
El Toro de Barro
Clara Janés, "Huellas sobre una corteza". Col «Cuadernos del Mediterráneo»,. Carlos Morales del Coso Ed.,  Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2004.
 Clara Janés, "Huellas sobre una corteza".
Col «Cuadernos del Mediterráneo»,
Carlos Morales del Coso Ed., Ed. El Toro de Barro,
Tarancón de Cuenca 2004.
 Clara Janés, "Huellas sobre una corteza". Col Cuadernos del Mediterráneo. Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2004.









 












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