Les presento a Juan de Tassis y Peralta, conde de Villamediana, y uno de los mayores tocapelotas de la historia. Correo mayor del reino, libertino, bebedor, temerario, amante del lujo, jugador, y una de las plumas más afiladas del Barroco. Arruinó y se arruinó, lo desterraron un par de veces por lenguaraz y por sus excesos, y lo liquidaron misteriosamente, quedando el crimen impune. Su bio no tiene desperdicio, sus sátiras de los Grandes de España no dejan títere con cabeza, y también fue el creador de uno de los poemas más brillantes de la literatura. A la vuelta de su primer destierro en Nápoles, nada más pisar la corte madrileña, no se le ocurre más que escribir estas líneas:
Vuelvo a Madrid
y no conozco el Prado
y no lo desconozco por olvido
sino porque me consta que es pisado
por muchos que debieran haberlo pacido.
Lo dicho: tan grande como sin remedio...