Se vive pétalo a pétalo como deshojando ternura. Terriblemente.
Abriendo las ventanas, entrando aire, agua, terremotos,
tsunamis de mejillas tatuadas con el beso.
tsunamis de mejillas tatuadas con el beso.
Y mi corazón no tiene afuera ni carne. Casi siempre una sombra.
Vení al temblor de mi habitación. Vení que hacemos una furia triste entre los dos,
un pedazo de mar,
una espuma por la boca.
Vení, que en la cocina guardo facturas de ayer, pero los dientes están buenos.