Eternal, de Darren Holmes (2004) |
Víctor Toledo
(México, 1957)
Alguna vez
Alguna vez hubo un jardín
En medio del desierto.
El ala en la sombra de la arena
Lo convertía en diluvio de oro.
La leve ola de ella
La suave llave de Yahvé
Firme fue en la página del firmamento:
El par hizo unidad
Y el Paraíso anidó sobre la nada.
Alguna vez una serpiente
Robó la flor que entregó al ser
(El mundo volvió a derrumbarse
Cuando ella misma tentó a Newton
Arrojándole taimada del Edén
La fruta de la gravedad
tan ligera
Que nuestra inocencia pesó más
Y los hilos de las estrellas se enredaron).
Un jardín hubo una vez
Un ave con alas de tenso follaje
Donde yo me enamoraba.
Era la realidad
El Paraíso en la palma de su mano
La serpiente me entregó su flor
en medio del desierto
Su ser su puente
Su liento sol de andar sapiente.
La letra ardió en la arena
La luz sobre la luz
El yermo ayudado por el viento
Reunió sus signos cuneiformes
Su alfabeto hebreo todos sus astros
Para contar la historia
(En pergaminos que deshechos
Formaron ríos de arena
Mares áureos
Indescifrables maremágnum
cascadas cascadas
Oleajes tallando el silencio).
Alguna vez
La roja y jugosa manzana
Partida a la mitad
Se me ofrendaba entre sus muslos
El río Papaloapan y el Tigris
Me inundaban
Mi adolescencia perfumaba
Y la canción de Guilgamesh ardía
En la isla de la existencia
Que sobre el mar vacío del tiempo
Impuso a las orquídeas prosperar.
Se habló de la expulsión
Estrella lejana colapsada
Del jardín que alguna vez se estremeció
Cuando el hurto de la flor...
Yo la escondí en las profundas dunas de oro
De mi rojo reloj.
Otros poemas de Víctor Toledo
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Salomón, "El Cantar de los Cantares” Versión de Carlos Morales Col. «Cuadernos del Mediterráneo» Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca, 2003. |