Que el hombre es un lobo para el hombre y el enemigo está dentro (o yo es otro, que diría Rimbaud) ya lo sabíamos, pero esta película, The Babadook (2014), nos lo muestra de una forma novedosa y sutil, al tiempo que aterradora, a través de la mirada de una mujer, Jeniffer Kent, que debuta como directora con este magnífico largometraje.
Sin apenas sangre, truculencias ni efectos especiales, con un presupuesto más que discreto y bajo el inocente disfraz de cuento (desplegable) para niños, The Babadook consigue lo que no logran la mayoría de las películas de horror para adultos: dar miedo.
Una fábula siniestra sobre posesiones y monstruos que da otra vuelta de tuerca al género creando una atmósfera claustrofóbica y asfixiante y mostrándonos un terror que nace de nosotros mismos, de nuestros complejos, fantasmas y traumas, y que resulta por ello más inquietante.
Impresionantes las interpretaciones del dúo protagonista, Esse Davis y el niño Noah Wiseman, el guion de la propia Jeniffer Kent y el ritmo envolvente de la película, que atrapa al espectador de principio a fin.
Una de las grandes sorpresas de 2014 y, posiblemente, uno de los mejores thrillers de suspense de los últimos tiempos.
Vicente Muñoz Álvarez
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