Plañidera
Es una plañidera
sin lágrimas en sus cuencas
vacías y trágicas
Es una plañidera
que no llora por nadie en concreto
sólo a su conciencia negada.
Es una plañidera
que feneció
al principio de los tiempos.
Sus gemidos cautivaron la atención
de vivos
y muertos.
Ahora, vaga como una señora
amante de la parca
sacrificando vidas truncadas.
Su capa negra y sus negras alas
su guadaña azabache
y sus cuencas ahogadas.
Es una plañidera:
la plañidera del alba.
La que te envuelve entre sus pliegues
y jamás te salva.
La que te abraza con sus fríos huesos
y su gélida mirada.
La que te mima con el horror
de su corazón
y su carcajada blanca.
Es una plañidera
que no cobra por sus servicios,
pero te mata.
El año acaba
el sepelio está cercano
suenan las campanadas.
Mientras, las cenizas de los muertos
se esparcen por el aire y bailan.
©Anna Genovés
03/10/2012
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